Estamos a viernes por la tarde. Empieza el fin de semana. Póngase el vestidito negro y sus tacones altos. “¡Sombra aquí y sombra allá, maquíllese, maquíllese!” ¡Qué guapa está! Sólo falta un detalle, el reloj de pulsera que haga juego. A cualquier edad, una es una misma. Pura vida, está en su mejor momento. Estos son sus tiempos. El reloj Fiaba de Maurice Lacroix es el reloj ideal para expresar su alegría de vivir. Las líneas de este contemporáneo reloj están ahora de moda, pero también lleva algún toque clásico. Muchos son los detalles que sugieren glamour y sofisticación. Fino y femenino, es un reloj seductor por su porte y sensuales curvas. La caja rectangular resulta ergonómica por su fondo abombado que se amolda a la muñeca para mayor comodidad. Cabe elegir entre cuatro nuevos modelos, todos ellos con correa de becerro o pulsera metálica para que cada una matice la expresión de su personalidad, pues en definitiva de eso se trata, de expresar lo que una siente.
Otra posibilidad es el seductor y accesible modelo bañado en oro rosa. Tal vez le corresponda incluso mejor. También lleva en la esfera el motivo guilloqueado clásico, pero en esta ocasión sube la temperatura por la hermosa presencia de unas agujas bañadas en oro rosa. La pulsera de tratamiento PVD oro amarillo lleva tres filas de eslabones que destellan bajo la luz del día, subrayando el temperamento solar del modelo. Los eslabones metálicos le dan una pincelada de modernidad, armoniosamente contrastada par los clásicos rasgos de la caja. Con su perfil cóncavo y la suavidad del tacto, los lustrosos eslabones se amoldan delicadamente a las curvas de la muñeca.
La caja arqueada de acero inoxidable pulido es estilada y elegante. La esfera plateada viene ornada de un motivo guilloqueado tradicional que juguetea con la luz. Los 58 diamantes engastados del bisel dan un resplandeciente espectáculo: la mujer extrovertida puede así descubrir la diva que lleva dentro.
Los numerales romanos que circundan la esfera indican el tiempo con buen gusto con la armoniosa colaboración de las agujas diamantadas de las horas y los minutos. El azul que las viste constituye uno de los mencionados toques tradicionales del modelo. La pulsera de becerro negra resulta lustrosa. Bañada en la luz, resplandece suavemente y sus encantos animan a mirarla y acariciarla.
La mujer romántica puede celebrar sus sentimientos llevando un Fiaba ornado de “Clous de Paris”. París, la ciudad de los enamorados. La esfera plateada guilloqueada en su centro hasta evoca los destellos de luz del Sena, y las agujas azules de horas y minutos un frasco de perfume hallado en la rue de Rivoli.
Y viendo los numerales romanos, volverá a vivir la memorable caminata que dio con su chico por los Campos Elíseos. Una no puede recordar todos los momentos románticos y felices de su vida, pero con una Fiaba en la muñeca, siempre se acordará de su estancia en París.
El dominante blanco y negro de la esfera trae a la memoria las películas americanas de los años 1920. Usted es ahora la despampanante estrella de cine de la que todo el mundo habla. El blanco lacado de la esfera redunda en inocencia, pero los numerales romanos negros y sus acompasadas agujas de horas y minutos contrastan con el talante virginal del reloj y le confieren una perfecta legibilidad del tiempo. Va caminando lenta y desenfadadamente por la alfombra roja, como flotando, sonriendo a los fotógrafos, en un momento de gloria más.
No importa cómo una se autodefina, siempre existe una Fiaba que dice lo que una es de verdad. Con sus majestuosos rasgos exteriores y el movimiento suizo que lleva en su interior la acompañan a una en los momentos más privilegiados.