GIRARD-PERREGAUX Bridges Cosmos

El nuevo relojes Bridges Cosmos es una pieza maestra de Alta Relojería presentada por Girard-Perregaux en 2019. Un diálogo inédito entre tierra y cielo, entre materia y espacio, entre visible e invisible. Dos globos completos –celeste y terrestre–, espejo de un momento fusional que se manifiesta en el Cosmos. Desvelando un mundo desconocido, los signos del zodíaco desfilan uno tras otro en este firmamento en miniatura al tiempo que la Tierra efectúa su rotación cotidiana. Como el cielo, el reloj posee dos rostros: día y noche. Fiel al refinamiento que caracteriza al esteta de lo invisible, el Cosmos revela acabados de una belleza hasta ahora desconocida.

GIRARD-PERREGAUX Bridges Cosmos

En la galaxia de las novedades de Girard-Perregaux, el Cosmos vibra con una longitud de onda diferente. Procedente de la colección Bridges, el modelo, creado por la marca en 2019, no es una nebulosa. Revela las porciones ocultas del cielo nocturno e irradia una luz negra. Como pieza maestra de la temática Earth to Sky, este reloj con tourbillon, carta celeste y horas universales está hecho de partículas mecánicas y paradojas poéticas.

Orden y belleza

Los antiguos griegos creían que las reglas estéticas dominaban aquel universo que observaban con tanta avidez. La disposición simétrica del doble globo del Cosmos emana precisamente de esta búsqueda del orden y la belleza. Sus complicaciones se distribuyen sobre sus ejes horizontales y verticales, en los cuatro puntos cardinales.

A mediodía, las horas y los minutos descentrados. A las 6 horas, un tourbillon bajo un gran puente de titanio negro. A las 3 horas, un globo terrestre que hace las veces de indicador día/noche. A las 9 horas, una carta celeste. Como telón de fondo un cristal de zafiro tintado. Invisible en pleno día y lleno de partículas luminiscentes de hidrocerámica por la noche, crea el efecto de una vista del cielo en timelapse.

De la tierra al cielo

13.800 millones de años después del Big Bang, Girard-Perregaux eleva sus ojos hacia el infinito, hacia su luz, sus sombras, sus misterios. En un nuevo enfoque, la marca inicia un diálogo entre la tierra y el cielo, entre la materia y el espacio. Explora los límites de su experiencia, desvela lo invisible y lo oculto. Su conocimiento científico de los acabados relojeros y los materiales adopta una nueva dimensión. La Manufactura explota la luz de las tinieblas y conjuga ciencia y arte, fotones y materia, en una búsqueda de la belleza que entra en una dimensión astrofísica y metafórica.

Una carta celeste personalizable en función de los deseos del propietario

A las 9 horas, una carta celeste ofrece una dimensión espacial al Cosmos. Grabada con láser sobre un globo de titanio tintado de azul, efectúa una rotación cada 23 horas, 58 minutos y 4 segundos, es decir, la duración exacta de un día sideral. Esta esfera se centra en las formaciones estelares más conocidas y más visibles: las del zodíaco.

Docenas de estrellas se conectan para trazar las doce constelaciones conocidas desde hace más de 2.500 años. El Cosmos, equipado con hidrocerámica luminiscente, cumple su vocación astronómica incluso en las noches más oscuras. Su representación es una de las paradojas de la astronomía y del Cosmos. En efecto, la constelación de la que forma parte la Tierra es la única que no se puede ver, pues está oculta por el sol cegador. Finalmente, el globo celeste muestra la constelación del zodíaco invisible al mediodía por el lado de la esfera y la visible a medianoche por el lado del fondo.

Un modelo reducido de la Tierra

A las 3 horas, un globo terráqueo completo ofrece dos indicaciones. Permite saber si el huso horario local se encuentra bajo la luz del día o en plena noche. Igualmente, una escala graduada situada sobre 24 horas, cerca de su ecuador, ofrece una lectura de tipo GMT.

Esta lectura de un segundo huso horario se efectúa mediante la aguja más sofisticada que se pueda imaginar: un modelo reducido de la Tierra. Este mapamundi, también de titanio y grabado con láser, presenta los océanos en profundidad y los continentes en relieve. Aunque se trata de una vista desde el cielo, estos representan la dimensión terrestre del Cosmos.

Física telúrica

Con 47 mm de diámetro, la caja del Cosmos es un mundo en sí mismo. Delimita su universo con titanio satinado por microesferas. Su cristal de zafiro es un glassbox, un cristal abombado que actúa como un telescopio astronómico. Bajo esta lente, no deformante, palpita un nuevo movimiento salido del vacío interestelar para poner el Cosmos en órbita, el calibre GP09320 de cuerda manual.

GIRARD-PERREGAUX Bridges Cosmos

Su marcha está regulada por un tourbillon emparentado con la familia de los Neo. El puente de tourbillon es de titanio PVD negro y está arqueado sobre el vacío. La jaula, delicadamente arenada, realza el trabajo estético realizado en esta pieza de excepción, que muestra bellezas desconocidas que subrayan la tradición de refinamiento de nuestra Maison.

La carrura de la caja del Cosmos es lisa y no lleva corona. En su lugar presenta cuatro llaves de ajuste, todas situadas en el fondo de la caja, que se colocan sobre la muñeca sin molestia alguna. En el fondo de la caja, hecho de zafiro y de titanio, se han creado cuatro ejes, dedicados respectivamente al remontaje, la puesta en hora, el ajuste del globo celeste y el del globo terráqueo.

La noche, un espectáculo luminoso

El cosmos es el universo tal como se observa desde la Tierra. Por su parte, el Cosmos ofrece un doble punto de vista: el del cielo visible desde la superficie del globo y el del globo visible desde la superficie de su atmósfera. Esta dualidad se refleja en su personalidad luminosa. Su rostro nocturno difiere de su apariencia diurna. La vista nocturna es rica en estrellas, potencia los sentidos y brilla en la noche. No es fácil imaginar la mecánica cósmica que subyace en esa escena nocturna.

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