El Twenty-8-Eight Skeleton Tourbillon no pretende rivalizar con los relojes esqueletizados, tan delgados como frágiles, en los cuales se ha retirado la mayor parte del material. La arquitectura del esqueleto que realiza DeWitt es resistente y ofrece, de esta manera, un equilibrio perfecto con el diseño de la caja, ornamentada con 48 columnas imperiales. Una firma que encontramos en la mayoría de las obras maestras fabricadas por DeWitt.
Una arquitectura robusta de gran finura
La platina calada, una base de alpaca arenada engastada con 215 diamantes redondos, resulta un impresionante laberinto de curvas, círculos y rectas. El observador disfrutará recorriendo el movimiento y, al volver una esquina, se topará con el espléndido logotipo “W” esqueletizado, ubicado a las 9 horas. El juego de profundidades, de perspectivas y de niveles, es característico de los diseños de DeWitt, y el Twenty-8-Eight Skeleton Tourbillon no es una excepción. El logotipo de la “W” se encuentra en la parte inferior del movimiento, creando volúmenes interesantes al dar la vuelta al reloj para contemplar su movimiento.
A pesar de la robusta arquitectura del esqueleto, el ojo se ve irremediablemente atraído por las profundidades del movimiento y queda cautivado por el refinamiento de su mecánica. Uno no puede sino maravillarse con la grácil rotación del tourbillon sobre su eje, sustentado por un puente de estilo Art Déco alargado, afilado y perlado.
La construcción del calibre DW8028s de DeWitt rescata unos parámetros técnicos ancestrales de contrastada fiabilidad: 18.000 alt./h, un volante de inercia variable, escape con un ángulo de alzamiento de 44° y una reserva de marcha de 72 horas. Este tourbillon de cuerda manual, fabricado de manera totalmente interna, está equipado con un escape de áncora suiza y una espiral fabricada con una aleación irrompible, autocompensadora, inoxidable, antimagnética y secuenciada a 2,5 Hz. La perfecta homogeneidad del alambre y la increíble exactitud del laminado plano de la espiral (0,0001 mm) confieren al mecanismo una precisión extremadamente alta.
Un auténtico objeto de arte
El cubo, ubicado a las 12 horas, también está esqueletizado y, de este modo, revela el interior del motor.
Además, su forma calada recuerda el volante de un vehículo antiguo de colección. Mientas el tambor del cubo gira lentamente a medida que su muelle se destensa, los ejes superiores de este volante “vintage” se deslizan por encima del volante inferior. Otro interesante juego de superposiciones con la firma de DeWitt.
Un armonioso maridaje
El Twenty-8-Eight Skeleton Tourbillon está protegido por una caja redonda de 43 mm de oro gris de 18 quilates. Con sus cómodas proporciones, sus asas rediseñadas y sus lados decorados con columnas imperiales algo más discretas, resulta inmediatamente reconocible y fiel al ADN de DeWitt. Su diseño equilibrado que combina carácter y refinamiento permite una perfecta fusión con las líneas arquitectónicas del movimiento esqueletizado.
DeWitt, siempre apasionados por lo excepcional
El Twenty-8-Eight Skeleton Tourbillon respeta a la perfección las vanguardistas normas de la manufactura DeWitt en materia de acabados. El tratamiento de las superficies y el trabajo de acabado de esta creación, íntegramente realizados a mano, hacen gala de una calidad excepcional. La caja, la platina, los puentes, las ruedas e incluso los tornillos más minúsculos están biselados, pulidos, satinados y tratados a la perfección por las meticulosas manos de los relojeros de DeWitt.
Finalmente, a modo de firma y rasgo común a todos los modelos de gran complicación de la Manufactura, cada reloj se monta a mano y luego es ajustado y comprobado por un solo maestro relojero.
Referencia DW8028s.